domingo, 21 de junio de 2009

AREAS DESATENDIDAS

La Escuela de Ciencias Aplicadas del Mar de la Universidad de Oriente (ECAM-UDONE), fue fundada en 1978. Es la única entidad de Educación Superior en Venezuela que oferta la Lic. en Biología Marina. Por tal motivo, sobre esta Escuela (y sus egresados) reposa una responsabilidad particular en materia de conservación de ecosistemas, fauna silvestre y recursos marinos, costeros e insulares. Dicho esto, es pertinente revisar la base académica del Pensum ofertado, con el fin de identificar y corregir debilidades. Debilidades que deben evaluarse, sobre la base de los actuales procesos de cambios ambientales a nivel local, regional, nacional e incluso internacional. Todo ello recordando, que la educación superior debe procurar la formación integral de sus egresados. En este caso, la formación integral correspondería a una base teórico-practica y humana que permita al egresado la aplicación del conocimiento en áreas como investigación, educación, conservación, prospección, y con un marcado sentido de pertinencia social.


Es fundamental, que el egresado tenga noción de la responsabilidad y compromiso que su carrera le enviste. Por tal motivo, seria conveniente delinear aquí algunos de los retos, necesidades y consideraciones en materia de conservación ambiental.


El gran reto de los científicos tropicales es generar información útil para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad de sus países, a pesar de las serias limitaciones de recursos humanos y financieros disponibles. Para alcanzar un tamaño equivalente a las comunidades científicas de los países desarrollados, la oferta académica suramericana en ciencias de la conservación debería crecer entre 5 y 10 veces (Rodríguez et al. 2005). La formación y fortalecimiento de recursos humanos es sin duda una de las principales prioridades para las próximas décadas. Pero no sólo en ciencias naturales como la biología: Profesionales de las ciencias sociales y económicas, así como ingenieros, comunicadores sociales, informáticos y educadores, desempeñan una función valiosa en la conservación de las especies amenazadas (Rodríguez y Rojas-Suárez, 2008).


ÁREAS DESATENDIDAS


Zoología General: Una materia “todo-en-uno”. Podríamos decir por analogía, una materia parafilética, es decir, para nada natural. Esta sección, comienza delineando de manera general los problemas en un área tan fundamental para el estudio de la diversidad biológica, como lo es la zoología. Seguidamente, será expuesto las necesidades y problemas relacionados con las áreas hijas de la zoología.


Todos los Phyla de invertebrados, se encuentran representados en el medio marino. De ellos, 11 Phyla (Ctenophora, Sipuncula, Brachiopoda, Phoronida, Echiura, Gnathostomulida, Chaetognatha, Kinorhyncha, Priapula, Echinodermata, Hemichordata), se encuentran únicamente en el Mar (ver Brusca y Brusca 2003; Moore, xxxx; Hickman, xxxx; Rupert y Barnes, 200x). Esto evidencia que la cantidad de información por manejar es inmensa, casi inconmensurable. Actualmente, nuestro pensum contempla dentro de la materia “Zoología General”, al menos, tres-materias-en-una, haciéndola excesivamente condensada y difícil de manejar tanto para el estudiante como para los facilitadores del curso. Estas materias son, Biología Animal, Zoología de Invertebrados y Zoología de Vertebrados. Ello sin contar que, Zoología General debe lidiar además con lo referente a las “generalidades” de Taxonomía y Sistemática Animal. En este sentido, la teoría prácticamente versa sobre biología animal, mientras que el laboratorio debe ingeniárselas con lo “teorico-práctico” de los grupos de invertebrados y de vertebrados. En lo teórico de los grupos, estamos trabajando por defecto y en lo práctico…bueno, el sistema no es nada práctico en absoluto. Esta tendencia hacia la simplificación es puro papel, porque en la realidad es una complicación del problema.

A pesar de los intentos por hacer Zoología General más manejable, realizando minicharlas introductorias de laboratorio, exámenes poslaboratorios y seminarios, aún así el estudiante normalmente manifiesta dudas razonables y expresa continuamente su frustración. El estudiante, normalmente parece perdido en las sesiones de laboratorio. Adicionalmente, por más que se le intente orientar al estudiante en lo esencial, éste se abarrota de conocimientos que no sabe como manejar, creyendo que se lo van a preguntar todo en el examen. El resultado, la penosa paradoja de “me rasparon con algo tan sencillo” y “por qué no me preguntó esto que era más difícil, pensé que tenía que salir en el examen”. Hay algunos estudiantes que continuamente aplazan, y no por no estudiar sino por no poder manejar tanta información ni discernir entre lo importante y lo esencial. El tiempo no les alcanza. En lo personal, como preparador ha sido una experiencia desconsoladora semestre tras semestre.


Por otro lado, desde el punto de vista ponderativo general, el contenido y exigencia es demasiado complejo para el valor porcentual de las evaluaciones. Si analizamos al respecto, tenemos un conjunto de materias que deberían tener su teoría y laboratorio por separado, con su correspondiente carga crediticia. Es decir, estamos evaluando aproximadamente el contenido de 18 créditos en tan solo 4 créditos. Esto es inhumano, antipedagógico y desalentador. Ello conlleva a que cada evaluación tenga una puntuación insuficiente. Para ilustrar, tomemos un grupo taxonómico como ejemplo. El Phylum Mollusca, en teoría familiar al estudiante, está representado por siete (7) clases: Aplacophora; Bivalvia; Cephalopoda; Gastropoda; Monoplacophora; Poliplacophora y Scaphopoda, todas ellas heterogéneas entre sí. Un examen de poslaboratorio para semejante cantidad de información, apenas representa 0,2 pts del total de la nota final. Tengan por seguro que la mayoría no dedica sus esfuerzos a estudiar algo que vale tan poco si para el momento hay otras materias con exámenes “más importantes” que atender. Eso en un semestre “regular”, y sin contar las épocas de parciales y finales. El resultado, estudiar para “pasar la materia”. Ciertamente, estudiantes aprueban la materia, pero que tanto aprenden es la pregunta. Por tal motivo lo más justo sería que Zoología General fuese separada de las materias:


Zoología de Invertebrados: rama de la zoología destinada al estudio de los animales que carecen de columna vertebral. Incluye grupos familiares para muchos como Crustáceos, Insectos, Moluscos, Gusanos, Corales, Estrellas y Erizos de Mar, así como una gran variedad de organismos animales menos conocidos.


Zoología de Vertebrados: rama de la zoología destinada al estudio de los animales que poseen columna vertebral. Incluye a los Peces, Anfibios, Reptiles, Aves y Mamíferos.

Tener la oportunidad de ver estas materias por separado permitiría al docente hacer gala de su preparación científica y pedagógica. Pudiendo de esta manera atender lo importante y lo esencial. Adicionalmente, su plan de acción y evaluación estaría más cónsono con el contenido y nivel de exigencia que estás áreas revisten. Por ende, se brinda flexibilidad y se puede explorar las inquietudes y habilidades del formando, para atenderlas y sacar mejor partido de ellas. El factor motivación es importante en el proceso de aprendizaje. De esta manera, se puede hacer un piso más sólido de estos grupos zoológicos, para trabajar sobre otras áreas zoológicas desatendidas por el pensum actual.


Dichas áreas desatendidas son más específicas, pero fundamentales en materia de conservación de la biodiversidad. Estas áreas son Herpetología Acuática (reptiles), Ornitología Acuática (aves) y Mastozoología Acuática (mamíferos).


Herpetología, Ornitología y Mastozoología, requieren cierto grado de preparación previo y madurez del estudiante. La madurez, puede adquirirse en parte con la preparación previa, pero sin olvidar el factor motivación. Para ello es necesario preparar y sensibilizar al estudiante durante las materias precedentes. En este caso en las zoologías. Claro, la pregunta que muchos pueden considerar lógica es, para qué un biólogo marino necesita ver estas materias. La respuesta puede ser más lógica aún, pero mejor es evaluar varios aspectos. De antemano, recordemos que el sistema de educación superior debe formar ciudadanos críticos, creativos y capaces de coadyuvar en los procesos de transformación social. Después de todo, no olvidemos que en este caso estamos hablando de una institución pública, la cual hace una inversión en sus alumnos. Esta inversión no solo se debe hacer para cubrir el derecho y las aspiraciones, aptitudes y vocación del estudiante. También se espera que la nación se vea beneficiada de la formación de sus egresados. Si no, ninguna de sus leyes y planes estratégicos tendrían razón de ser. En otras palabras, sería intención, conocimientos, dinero y esfuerzos desperdiciados.


Con lo anterior expuesto, revisemos algunas realidades, necesidades, oportunidades y obligaciones de la nación en materia de conservación.


Ornitología Acuática: Venezuela en su condición de país megadiverso, posee entre otros privilegios una avifauna considerable, que se traduce en un total aproximado de 1382 especies hasta 2001 (Hilty, 2003). Para 1994 Phelps y Meyer de Schauensee reportaban que aproximadamente el 44% de las especies de toda América del Sur se encuentran dentro de los límites del país. Así mismo, estos dos autores comentan sobre los miles de aves oceánicas que se reproducen en las islas venezolanas caribeñas. Habiendo además, la visita regular de aves errantes y migratorias pelágicas del Atlántico septentrional (mas al norte) y austral (mas al sur) en aguas marinas de Venezuela.


Por si fuera poco, Venezuela cuenta con más de 30.000 km2 de humedales naturales y 9.400 km2 de humedales artificiales categorizados como relevantes, distribuidos en 9 regiones definidas para el Inventario Nacional de Humedales (Rodríguez, 1999) entre las cuales figuran más de 200 áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE) y cinco áreas RAMSAR. Entre los humedales, se destacan los de tipo marinos-costero, lacustre, ribereño, estuarino y palustrino. De estos humedales, los costeros abrigan alrededor de 153 especies de aves acuáticas (Wetlands Internacional, 2009). En este sentido, tal es la importancia de las aves acuáticas, que recientemente (2006) Venezuela aparece en la escena del programa de Wetlands Internacional: Censo Neotropical de Aves Acuáticas (CNAA) (Wetlands Internacional, 2009 y UVO, 2009). Dicha iniciativa es apoyada por la recién creada Unión Venezolana de Ornitólogos (UVO), con la participación de instituciones de investigación y universitarias, asociaciones civiles y Ministerio del Ambiente. Entre estas alianzas, no está reflejada la figura Institucional ECAM-UDONE.


Curiosamente, la Escuela de Ciencias Aplicadas del Mar, Universidad de Oriente (ECAM-UDONE), en Margarita, es la institución más cercana a un Humedal de Importancia Internacional, que es el Parque Nacional Laguna de La Restinga y Sitio Ramsar. De hecho, la planta física de la institución se encuentra dentro de los linderos del PN La Restinga, bajo la figura de Uso Especial (UE), al menos desde 1991, del Plan de Ordenamiento y Código de Uso de dicho parque (Parks Watch, 2009). Dicho plan estaba o está en revisión, por lo cual habría que revisar cual es la figura legal y obligaciones que actualmente aplica para ECAM.


Concerniente a las aves acuáticas, haciendo revisión de la base de datos de la UVO (2009) basada en la publicación de Hilty (2003), nada más entre la isla de Margarita y Coche fue posible contabilizar al menos 59 especies, repartidas en 20 Familias. Sin embargo, Bird Life International en su Ficha Técnica VE 006 (PN Laguna de La Restinga), sobre Áreas de Importancia para Conservación de las Aves (AICAS; IBAs por sus siglas en inglés), refleja la siguiente información: a) Numerosas comunidades de aves residentes y migratorias llegan hasta La Restinga estacionalmente para su reproducción. Se han registrado 107 especies de aves, de las cuales 21 son migratorias (Rojas-Suárez et al. 1998); y b) Otro grupo cuya única población en el mundo se encuentra en la Laguna de La Restinga es Rallus longirostris margaritae y se ha clasificado como Vulnerable (Rodríguez y Rojas 1999). Lentino y Bruni (1994) afirman que Phoenicopterus ruber era un visitante regular de la laguna, aunque no ha sido reportado desde 1983 hasta 2002, cuando cinco flamencos fueron vistos en las inmediaciones de La Restinga, lo que podría representar un futuro retorno de estas aves al Parque (ParksWatch 2003b). Esta información necesita ser revisada y cotejada, puesto que actualmente es posible ver grupos de Flamencos o “Tococos” Phoenicopterus ruber volando en horas del alba y el crepúsculo, desde y hacia la Laguna respectivamente. Rallus longirostris margaritae, es el nombre científico de la conocida “María Pollita” o “Polla de Mangle”. Esta subespecie se encuentra categorizada como Vulnerable (VU) en la Lista Roja de Subespecies de Fauna Venezolana (Rojas y Suárez-Morales, 2008). Por su parte, el Tococo (Phoenicopterus ruber) se encuentra incluido en la categoría de Casi Amenazado (NT) de la Lista Roja de la Fauna Venezolana.


En relación con la conservación de fauna insular, Los editores del Libro Rojo señalan: “Sin embargo, es probable que la región insular venezolana esté enfrentando una crisis de extinción que requiera de acciones contundentes e inmediatas, y que Margarita sea sólo el ejemplo mejor estudiado”.


Existen otros aspectos por considerar concerniente a las aves acuáticas y los ecosistemas en los que se encuentran. Entre ellos están el Turismo, el “Ecoturismo”, el Crecimiento Demográfico, el Calentamiento Global, el Cambio Climático y la Contaminación. Todos, aspectos de origen antrópico. La Isla Margarita es un sitio turístico por excelencia, lo cual hace de ella un sitio sometido a fuerte acción antrópica. Adicionalmente, según Park Watch International (2009), parece haber problemas directos que amenazan con la integridad ecológica de las aves de nuestro Parque Nacional. Problemas como la modificación de hábitat, colmatación de la laguna, cacería de aves, muerte de aves en los tendidos eléctricos, son sólo algunos ejemplos de situaciones por resolver. Ese tipo de problemas se logra resolver con un paso importante, La Sensibilización. Pero no podemos resolver algo que nos parece ajeno, lejano y desconocido.


Evidentemente, hablamos de La Restinga por ser el ejemplo más cercano y pertinente del cual podemos hablar. En otras partes de Venezuela también debe haber situaciones en las que podemos ayudar. Pertinentemente, la Universidad de Oriente y sus estudiantes debemos hacernos dolientes de estas realidades, y prepararnos profesionalmente para ayudar a corregirlas.


Puede ser que el estado actual de la avifauna acuática Neoespartana y Nacional esté en revisión, lo cual sería una buena noticia para todos. No obstante, debido a la diversidad de especies y complejidad de ecosistemas de nuestro país, debemos prestar el mayor de los concursos. Todo ello en búsqueda de soluciones. Es bastante simple, desde el punto de vista del sentido de la pertenencia y de la pertinencia. En otras palabras, no solo se trata de que estamos obligados legalmente, sino que debemos sentirnos responsables de los problemas y sus soluciones. Es una cuestión de ser Venezolanos.


El PN La Laguna de La Restinga y sitio Ramsar, ofrece la oportunidad para que la Universidad de Oriente haga gala del significado de sus consignas “Excelencia Académica”, “La Casa Mas Alta” y “Del pueblo Venimos / Hacia el Pueblo Vamos”. Si tenemos profesionales internos en éstas áreas, debemos traerlos, conversar y disponerlos a entrenar a sus ECAMISTAS. Si no es así, debemos recibir y aceptar ayuda externa. Atrás debe quedar el sentido de que invadimos espacios, cuando investigamos áreas por otros abordadas. Al contrario, si tal razonamiento fuese lógico, entonces no se establecieran convenios interinstitucionales, internacionales, bilaterales, multilaterales, ni becas para la conservación…y otros. La biodiversidad es un bien común y debe ser estudiada en común. Debe procurarse, una vez más, el bienestar espiritual y material de la nación. Estamos desperdiciando a nuestros estudiantes, sus aspiraciones, virtudes, habilidades, y su entusiasmo en la fase más importante de sus vidas. No podemos condenarlos a un camino de resignación y conformismo.


Debemos tomar ejemplos de visionarios, comprometidos con el sentir por la naturaleza. La familia Phelps, Rodolphe Meyer de Schauensee, Steven Hilty y todos quienes colaboraron en las Guías de Aves de Venezuela son una buena muestra de que las fronteras son mentales. No creo que nadie hoy día se sienta invadido por el trabajo de estos emprendedores. Es ese empeño, por hacer el trabajo en contra de las dificultades, lo que ha logrado avances significativos, aunque aún insuficientes.


Si hacemos caso omiso de estas realidades, seguiremos leyendo más Libros Rojos con resultados cada vez más insalvables. Dichos Libros, obras de arte sea dicho, merecen un justo reconocimiento, y ello se hace trabajando en pro de solventar los problemas en ellos documentados. Al comenzar esta sección, quise ilustrar el valor y preocupación que, para el Estado, tiene la fauna silvestre. Para ello, se presentó copia del reverso de nuestros actuales billetes. Complementariamente, se hizo mención del estado actual de las especies que aparecen en los billetes. Es oportuno, tomar esa iniciativa y los compromisos legales para sentarse a conversar en una mesa con el Ministerio del Ambiente, de Educación Superior, de Ciencia y Tecnología, de Energía y Petróleo, de la Juventud, así como con la Oficina Nacional de Diversidad Biológica, Gobernación, las Alcaldías, OPSU, Comunidades Organizadas y el Sector Privado. No hay que temer, el llamado es por el deber ser. La solución depende de nosotros, pero para ello necesitamos el concurso de todos los actores posibles. La Universidad de Oriente ya ha tenido experiencia estrechando lazos y convenios. No dudo que esta sea una oportunidad que las autoridades deseen aprovechar. Siéntanse invitados directamente a participar del camino hacia el éxito. Acompáñenos a lograrlo.



Mastozoología Acuática: Esta rama de la zoología trata con lo relacionado a los aspectos biológicos de los mamíferos marinos y acuáticos, entre los cuales están los cetáceos. Los cetáceos son de los animales más carismáticos que el ser humano conoce: los Delfines, Ballenas y Marsopas. La importancia de estos animales, va más allá del sentido de identificación que podamos tener con ellos y del bienestar espiritual que puedan proveernos.


De manera introductoria, podemos imaginar el beneficio económico que ha generado a la industria del Cine Mundial (recordando a Keiko de Liberen a Willy o a Flipper), a los Canales de Naturaleza de Televisión por Cable y de Transmisión Abierta, Revistas, Operadoras Turísticas e incluso a una de la más catastrófica de las actividades humanas: La Industria Ballenera. Esto son solo ejemplos con los que estamos más familiarizados. Tal es la importancia de estos cetáceos, que actualmente las naciones tratan un convenio multilateral en la Comisión Ballenera Internacional (CBI; IWC por su siglas en inglés). Dicho organismo regula la actividad concerniente a la caza de ballenas. En este sentido, hubo una moratoria desde 1986 que trató de resguardar, proteger y dar tiempo a la recuperación de este recurso.


No es un secreto para nadie que estos mamíferos realizan migraciones entre las fronteras de las naciones. El mal uso de este recurso es tema incluso de Descontentos Diplomáticos (Ejemplo Australia-Japón; Latinoamérica vs Japón, Islandia y Noruega). Hay decisiones respecto a estos Mamíferos Marinos que son tomadas a nivel de política exterior en Venezuela, y corresponde a la Cancillería de la República o al Presidente mismo ejecutarlas. Semejante responsabilidad no es producto de la casualidad. Ellos deben ser garantes, nosotros vigilantes.

Venezuela, posee una rica fauna de cetáceos si comparamos con el total de las especies reportadas para el caribe y para el mundo. Bermúdez-Villapol y Boher (2003) realizaron una lista actualizada de las especies de Venezuela, encontrando la tenencia del 96% de las especies del Caribe y del 30% de las especies del Mundo. En cuanto al orden Mysticeti registran, de manera confiable, 3 especies de ballenas de la familia Balaenopteridae, mientras que para el orden Odontoceti reportan 22 especies de delfines repartidos entre las familias Delphinidae, Iniidae, Kogiidae, Physeteridae y Ziphiidae. De este grupo de cetáceos, actualmente el Libro Rojo de la Fauna Venezolana incluye en su lista a las siguientes seis (6) especies: a) Rorcual del Norte (Balaenoptera borealis), En Peligro A1abd; b) Rorcual Común (Balaenoptera physalus) En Peligro A1abd; c) Ballena Jorobada o Yubarta (Megaptera novaengliae) Vulnerable A1ad; d) Bufeo Negro (Sotalia guianensis) Vulnerable A2d; e) Tonina del Orinoco (Inia geoffrensis) Vulnerable A2acde+3de y f) Cachalote (Physeter macrocephalus) Vulnerable A1bd. En este sentido, sólo para tener una idea, se estima que la población de la Ballena Yubarta oscila entre 21 - 39.000 individuos, representando apenas del 10 a 20% de su población original.

Considerando la variedad y riqueza de mamíferos acuáticos, algunas ONGs nacionales han producido el gran grueso del conocimiento científico referente a los cetáceos. Esto se debe a que los cetáceos han sido por mucho tiempo, un sector de investigación desasistido por parte de las instituciones nacionales y el gobierno. Si bien la situación ha cambiado algo. Gracias al esfuerzo de investigadores independientes y ONGs tenemos, al menos, información de algunas especies cetáceas incluidas en el Libro Rojo de la Fauna Venezolana. No obstante, el llamado de la comunidad de investigadores de cetáceos es hacia el aumento de esfuerzos para incrementar el conocimiento científico de estos animales.


En recientes conversaciones con los integrantes del proyecto de formación de la SOVEMA (Sociedad Venezolana para el Estudio y Conservación de los Mamíferos Acuáticos), se ha reflejado que aproximadamente el 70% de la producción científica sobre cetáceos proviene de ONGs e investigadores independientes. Es evidente que la producción de las universidades debe aumentar, aprovechando su infraestructura, leyes y talento humano para tal sentido. Ciertamente, los lazos entre las universidades y las ONGs se han estrechado, pero ello se debe fundamentalmente al interés de sus estudiantes más que a una disposición institucional, sin desmeritar a esta última.


Recientemente, fue posible evidenciar el interés de la comunidad estudiantil de la ECAM-UDONE por los cetáceos. En noviembre de 2008 en MARGARITA, NUEVA ESPARTA, se realizó el “VIII Taller sobre Conservación y Ecoturismo de Mamíferos Marinos en Venezuela”, organizado por Sea Vida (ONG venezolana), Biomarina Venezuela (Grupo-Red de Divulgación; Miembros ECAM-UDONE), certificado por ECAM-UDONE, y patrocinado por Fundación Rufford small grants (ONG Internacional). En dicho taller se contó con al menos 60 participantes y se rompió record de asistencia a una sesión teórica con más de treinta estudiantes. Ello sin contar a quienes se quedaron en lista de espera, por limitación logística. Desafortunadamente, las autoridades invitadas al taller no pudieron asistir por compromisos previos. En ese sentido, este esfuerzo es respondiendo a las constantes preguntas de cuándo va a ser el próximo taller. Adicionalmente, es correspondencia con quienes se han unido al foro virtual de “Mamíferos Acuáticos de Venezuela” y con aquellos que apoyan el “Reingreso de Venezuela a la Comisión Ballenera Internacional”.


Hoy día es una realidad que los cetáceos no solo son fauna silvestre, sino un recurso económico-turístico, alimenticio, científico y cultural. Una de las corrientes de pensamiento moderna se orienta hacia el uso o explotación no letal de estos animales. Entre estas formas de aprovechamiento se encuentra el “ecoturismo con delfines” o mejor denominado “Ecoturismo Orientado hacia Mamíferos Acuáticos”, una actividad ampliamente difundida y que gana terreno. Tanto es así que Venezuela ya es uno de los países en los cuales se realiza “ecoturismo” con cetáceos (Taller citado). La actividad lleva al menos 25 años (Hoyt e Iñiguez, 2008). En relación, el estado Aragua es un buen ejemplo de la comunión ciencia-comunidad-economía para la conservación y uso sustentable de los mamíferos marinos de Venezuela (Bolaños-Jiménez -Sea Vida- com. pers; Hoyt e Iñiguez, 2008). De tal manera que, ya desde este momento necesitamos personal científico que trabaje en las consideraciones necesarias para las recomendaciones, regulaciones y vigilancia de la actividad ecoturística.

Otro aspecto importante, desde el punto de vista científico es el varamiento de cetáceos en nuestras costas. Este tipo de fenómeno, representa oportunidad única para la recopilación de datos e información sobre el posible estado de salud y procedencia de los cetáceos. Representa por un lado la oportunidad para saber que tipo de enfermedades emergentes y parásitos pueden estar afectando a los cetáceos, o a que grado de contaminación se están enfrentando. También ofrecen la posibilidad de obtener datos genéticos, taxonómicos y sistemáticos. Consecuentemente, es notoria la disposición de nuestros estudiantes para asistir, comunicar y colaborar frente a un varamiento. Creo que muchos aún recuerdan el caso de la Falsa Orca atendida por estudiantes de ECAM y Centro de Investigación de Cetáceos (CIC Margarita), o el caso reciente de los delfines Bufeo Negro (Sotalia guianensis), traídos por la ONG Moprofao, y su respectiva necropsia. Es por ello, y como medida de seguridad que los Biólogos Marinos actuales, y los estudiantes, conozcan los riegos patológicos que implica atender un varamiento y la manipulación de estos organismos.

Recientemente, en un comunicado emitido en la red SOVEMA se comentó sobre Lobomicosis, una enfermedad humana, que parece estar afectando a los delfines. Se debe recordar que los cetáceos son mamíferos. Nosotros también lo somos, y hay que estar prevenidos de hasta que punto podemos compartir enfermedades y/o patógenos. Evidentemente, una vez más, se requiere de personal con entrenamiento para atender a estas necesidades y oportunidades. La línea de costa venezolana es muy extensa, los pocos preparados que tenemos no son omnipresentes.

Desde el punto de vista económico-conservacionista-estratégico, debemos tomar en cuenta algo importante y vital. Venezuela es un Estado Petrolero, y actualmente se encuentra en un proceso de expansión y reforzamiento de esta economía. Por tal motivo es necesario, para la industria petrolera, la realización de pruebas de geoprospección con miras a la extracción. Así, los procesos de geoprospección, extracción, almacenamiento y transporte de hidrocarburos representan un peligro latente y real para la fauna silvestre acuática, debido a posibles fugas y derrames petroleros. Por tal razón, existencia de centros de rehabilitación, inclusión de la fauna silvestre acuática en los términos de referencia de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA), y en los programas de seguimiento ambiental, es recomendado y requerido. Para ello, el personal entrenado y calificado debe existir. Nuevamente, el rol de participación y transformación social de las universidades debe ser esencial. No sólo se trata de obligaciones, sino de oportunidades de crecimiento ético, humano y profesional para las universidades y su comunidad. Correspondientemente, Universidad, Ministerios, Oficinas de Planificación y Comunidades deben comulgar en la solución a estos problemas. Legalmente estamos obligados y moralmente comprometidos. Recomiendo, en este momento, a los interesados leer las fichas de Cetáceos del Libro Rojo y detenerse en la sección de conservación de cada especie. Aquí se presenta, creo, lo más esencial.

Actualmente, la ciudadanía venezolana, con apoyo internacional, nos encontramos en una campaña conservacionista nacional-global. Como se comentó anteriormente, hay decisiones en materia de cetáceos que son tomadas en Cancillería o en Presidencia. Este es el caso de la adhesión o retiro de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), de la cual Venezuela se retiró hace diez años aproximadamente. En relación, integrantes de la comunidad ECAMISTA, con otras ONGs y comunidad organizada, hemos hecho lo que ha estado a nuestro alcance, recolectando firmas y educando a través de foros virtuales y páginas de Internet (http://venezuelaballenera.googlepages.com), para que reingresemos.

Investigadores, junto con SOVEMA, Sea Vida, Greenpeace, ICB Argentina, ONSA (Venezuela), Grupo Biomarina Venezuela y otros, realizan esfuerzos conjuntos respecto al tema CBI. Biomarina Venezuela posee una sección de correo-e (encargada Prof., Roberta Crescini UDONE), para la recolección de manifestación de apoyo de reingreso a la CBI. Por dicho medio recibimos manifestaciones, desde Europa, América Latina y otras partes del mundo. Así mismo, nuestro grupo Facebook ha sumado casi 2000 personas en aproximadamente un año. Adicionalmente, en colaboración con el CRIA-UDONE y FM Noticias Margarita, fue posible que realizáramos un programa de radio para conversar sobre este tema. Por cierto, es de comentar, que en dicho programa conocimos a un niño (invitado) maravilloso y excepcional a quien guardamos admiración por su pasión y conocimiento sobre cetáceos. Un niño, que nos dio una cátedra sobre cetáceos conservación y amor por la vida. A este niño, deseo dedicar este esfuerzo. Espero que ECAM le ofrezca la oportunidad para ser el mejor de los Mastozoólogos Marinos.

El caso CBI Venezuela es incluso de conocimiento y preocupación para la máxima autoridad del Núcleo Nueva Esparta de la UDO. En oficio DNNE Nº 1176/2008 de fecha 02 de Junio de 2008 emitido por la Decana Luisa Montaño, dirigido a Cancillería y remitido a oficinas internas, se reconoce y describe de manera excelsa la necesidad de la adhesión de Venezuela como MIEMBRO DE PLENO DERECHO en la CBI. En tal sentido, nuestro compromiso con el estudio de estos mamíferos debe ser cónsono, dando ejemplo y marcando la pauta. “Nuestras acciones deben hablar tan fuerte que nuestras palabras no puedan oírse”. Deseamos estar en la CBI para votar (Fortaleciendo al Bloque Latinoamericano), y velar por los derechos ambientales inalienables propios y de nuestras naciones hermanas, pero más que eso debemos hacer nuestro aporte científico-humanista. Debemos prepararnos profesional y humanísticamente.

Salvemos a las ballenas, salvemos a los delfines; ¿sin estudiarlos?, ¿sin comprenderlos?, ¿sin conocerlos?... Estudiémoslos, para conocerlos, para salvarlos. “Es parte del contrato social”. Coincido con los que tienen el poder: El poder es para usarlo, entonces usémoslo para transformar a esta Nación.

Herpetología Acuática: Esta rama de la zoología se dedica al estudio de los vertebrados conocidos como reptiles (Culebras, Serpientes, Tortugas y Lagartos). Este es un grupo de vertebrados también causa fascinación al humano, con el cual ha tenido relación histórica. Esa fascinación y admiración también ha sido su condena. Ya proseguiremos más adelante al respecto.

Venezuela, es de repetir, gracias a su situación geográfica estratégica es un país megadiverso. En consecuencia, ha sido privilegiada con la posesión de algunas de las especies de Tortugas Marinas que se encuentran en el mundo. A saber, las especies de tortugas marinas presentes en Venezuela son las siguientes: a) Cabezona (Caretta caretta) En Peligro A2acd+1abd; b) Verde (Chelonia mydas) En Peligro A2bd; c) Carey (Eretmochelys imbricata) En Peligro Crítico A1b+2bcd; d) Guaraguá (Lepidochelys olivacea) En Peligro A2acd+1bd; y e) Cardón (Dermochelys coriacea) En Peligro Crítico A2acd+1abd. Todas ellas incluidas en el Libro Rojo. Este número de especies no son pocas, puesto que representan el 71% de las especies de tortugas del mundo, es decir 5/7. La situación es peor de lo que pudiera pensarse, puesto que al menos 6 de las 7 especies mundiales están consideradas como En Peligro o En Peligro Crítico por la IUCN (WWF, 2009).

Nuestra herpetofauna marina es compartida entre varias naciones. Citando dos ejemplos, la tortuga cardón, se mueve en el Mar Caribe entre Costa Rica, Panamá, Guayana Francesa, Surinam, Trinidad y Venezuela. Siendo estos sitios áreas de anidación. En Venezuela los sitios de mayor concentración poblacional y anidación se encuentran en el oriente e Isla Margarita, si bien puede ser vista a lo largo de la costa venezolana. A nivel del caribe esta especie muestra tendencia a reducción poblacional en sitios desatendidos. La tortuga Cabezona, por su parte se encuentra distribuida a nivel mundial, estando en el Atlántico Occidental en el sureste de los Estados Unidos, México y el Caribe, donde abarca Puerto Rico, Jamaica, Cuba, Belice, Guatemala, Nicaragua, Colombia, Venezuela y Brasil. Se reporta anidación en la costa continental y en las Dependencias Federales (Guada y Buitrago, 2008: Libro Rojo).

Desde el punto de vista ecológico, las tortugas marinas, como todos los seres vivos, cumplen su rol dentro del equilibrio de los ecosistemas. Las tortugas marinas fungen el rol de controladores de poblaciones de otros seres vivos. Por ejemplo, la tortuga cabezona se alimenta de invertebrados marinos como estrellas, erizos y moluscos. La tortuga verde forrajea plantas marinas conocidas como pastos. La tortuga carey consume principalmente esponjas marinas aunque si bien puede comer pastos y utilizar los manglares como zona de alimentación. La tortuga guaraguá por su lado depreda crustáceos junto con otros invertebrados marinos. La tortuga cardón, ingiere medusas o aguamalas así como unos invertebrados (cordados) conocidos como ascidias o tunicados (Guada y Buitrago, 2008: Libro Rojo).

Las amenazas a la supervivencia de las tortugas marinas son múltiples y requieren de esfuerzo, conocimiento e ingenio para sobreponerlas. Entre estas amenazas podemos citar la Contaminación, el Cambio Climático, Pérdida y Modificación de Hábitat, la Pesca Accidental, la Pesca Fantasma, la Cacería y el Saqueo de Nidos entre otros. Las tortugas marinas son buscadas por su carne, huevos y otros subproductos para realización de souvenirs u obsequios (WWF, 2009).

La competencia, para la conservación de las tortugas marinas, debe ser comprometida y diligente. Ya los primeros pasos se han dado, pero siguen siendo insuficientes. El trabajo por hacer es enorme y arduo. Solamente decir que se están extinguiendo no es suficiente. Hay que investigar, conocer a fondo, repensar estrategias. Hay que tener sentido de pertinencia y pertenencia, involucrándonos e involucrando a las comunidades. “Es parte del contrato social”, esa es nuestra tarea y debemos internalizarla como razón de ser y como meta última. La conservación debe ser el eje transversal de nuestro funcionamiento. Nadie está pidiendo que seamos unos “Greenies” o “Come Flores” si es a los términos que se temen, pero por el contrario debemos usar el conocimiento para respaldar ese sentimiento y necesidad de protección. Señores, y disculpen que lo diga, tenemos mucho que aprender, emular y perfeccionar de esos greenies del mundo.

Debemos salir de nuestros cubículos, salones y laboratorios y enfrentarnos a las realidades a las que hemos sido ajenos por treinta años. Tenemos el talento humano, tenemos la juventud de nuestros estudiantes, tenemos la infraestructura. Nos falta la disposición para conversar y aprender de experiencias foráneas. Nuevamente, es una corresponsabilidad de todos.

Para finalizar, la respuesta es positiva, debemos estudiar la fauna silvestre porque son bonitos los animalitos, porque nos generan bienestar espiritual y porque son el testigo viviente de nuestra relación indisoluble, impostergable, insoslayable, indefectible, inalienable, indefinida e indeclinable con la naturaleza. Esa es una de las líneas base de todo proyecto conservacionista, el valor espiritual-sociocultural. Por ello se escogen especies “Bandera” para la conservación de ecosistemas completos. El factor carisma de unos pocos es la salvación de los feos y marginados de la naturaleza, incluyendo a los humanos. Bajo la belleza de unos se abriga la importancia de los otros. Nunca debemos olvidar que “se ama lo que se conoce” y si no nos damos cuenta de ello, entonces, estamos condenados a fallar en transmitir el mensaje. En perfecto venezolano, “El que no cuida lo que tiene, a pedir se queda”. Para convencer, hay que amar, entonces hagamos un esfuerzo por amar el destino que se nos ha encomendado. De nada nos valen hombres libros, si nadie los puede leer.

El desmeritar la belleza espiritual de nuestra fauna, anula toda razón de un biólogo con mascota en casa. Konrad Lorenz, (Premio Nobel), descubridor del fenómeno de Impronta, en su libro “El Anillo del Rey Salomón” hablaba de la hipocresía de las damas de alta sociedad preocupadas por la naturaleza pero que tenían un Loro enjaulado en casa, desconociendo las necesidades de estos “bellos” animales. Quizá una tortuga, un delfín o un ave no muevan la cola al vernos, pero nuestros hijos siempre se maravillarán al verlos. Esa es la responsabilidad que tenemos para con las generaciones futuras, la permanencia, goce y disfrute de la biodiversidad. Una ciencia sin filosofía es una ciencia sin alma, vana e inútil. Puro Curriculum, sin Vitae. ¡Ah! Sologuren, como hace falta filosofar…

Embriología y Desarrollo: Esta rama de la biología se dedica al estudio de la formación de los seres vivos, a partir del momento de la concepción. Los cambios que en los seres vivos se dan a partir de ese momento se conocen como ontogenéticos, y en este sentido un sinónimo que se suele utilizar es Ontogenia. Según la ontogenia, de manera general podemos subdividir a los animales en dos grandes grupos a saber. Estos son, a) los Protostomados, que incluyen a la mayoría de los invertebrados, y b) los Deusterostomados que comprende a los Cordados y los Equinodermos. Si bien es cierto que existen patrones generales, no obstante poco a poco se han ido descubriendo patrones particulares en cada grupo.

Venezuela, posee una rica fauna en general, por su condición de país megadiverso como se ha mencionado en varias ocasiones. Podemos mencionar sólo algunos grupos para tener una idea de las oportunidades: Moluscos, Crustáceos, Peces, Equinodermos, Corales, Helmintos (gusanos), Briozoos, entre otros. En este sentido, el trabajo que queda por hacer respecto a las fases iniciales de vida de nuestra fauna es extenso. Por tal motivo, el estudio de la embriología y desarrollo de nuestra fauna es una herramienta para aumentar el conocimiento de nuestra biodiversidad.

Las aplicaciones de la embriología y desarrollo van más allá del mero hecho descriptivo. Por un lado sirve de línea base para conocimiento que puede ser utilizado para:

a)Describir especies (taxonomía)
b)Reconocer variabilidad de las especies
c)Realización de catálogos (biodiversidad)
d)Conocer los tipos de larvas y juveniles (grupos zooplanctónicos)
e)Conocer la naturaleza sana de las especies
f)Viabilidad de larvas
g)Establecer grados de desarrollo (alimentación endógena, exógena)
h)Cadenas tróficas (relación presa-depredador, grupos ecológicos)
i)Establecer relaciones interespecíficas
j)Determinar asentamiento (bentónicos) y reclutamiento (pelágicos y bentónicos)
k)Evaluar indirectamente condiciones ambientales (bioindicadores, biomonitores)
l)Desarrollar paquetes tecnológicos para alimentación (Acuacultura)
m)Bioensayos
n)Repoblar especies amenazadas
o)Identificar procesos mutacionales (genética)

En fin, todas estas aplicaciones pueden contribuir a la comprensión y conservación de la biodiversidad como modelo para el desarrollo sustentable. Adicionalmente, involucrar al estudiante en futuros proyectos fortalecería la posibilidad de acondicionar y dotar mejor a la institución. Cada una de dichas aplicaciones son complementarias, pero ellas en sí mismas representan, cada una, nuevas líneas de investigación. Nuevamente, la adecuada aplicación de estas áreas con un marcado sentido de pertinencia social, representa posibilidad de crecimiento humano, ético y profesional para la institución toda.

Citología e Histología: estas dos áreas de la biología van de la mano y comprenden el estudio de células y tejidos respectivamente. Como es comprendido, corresponde a la célula como unidad funcional-estructural elemental de los organismos, realizar todas las funciones vitales. Por su parte los tejidos reunen, generalmente, a un grupo de células con características similares para la complementariedad y realización de tareas específicas. Los tejidos a su vez pueden organizarse en capas estructurales-fisiológicas para la realización de tareas más complejas conocidas como órganos. Los órganos a su vez pueden estar interconectados en sistemas para trabajo conjunto y concatenante. Todas y cada una de estas unidades anatómicas-funcionales son de vital importancia para la homeostasis de los organismos según su grado de organización y evolución. Así mismo dependiendo de los grupos taxonómicos, pueden diferenciarse tipos de tejidos y organizaciones específicas y autopomórficas.


Dicho lo anterior, es comprensible tratar de establecer el interés por conocer los estados de organización, desarrollo, funcionamiento, y condiciones normales o anómalas de cada una de las unidades anatómicas mencionadas. En este sentido el estudio de dichas unidades, a través de técnicas histológicas, permite evaluar diferentes aspectos biológicos y ecológicos de los seres vivos. Los preparados histológicos tienen aplicaciones diversas como:


  1. Describir especies (taxonomía)

  2. Reconocer variabilidad de las especies (taxonomía, biodiversidad)

  3. Conocer la naturaleza sana de las especies

  4. Evaluar condiciones energéticas de especies migratorias

  5. Realizar catálogos patológicos

  6. Identificar enfermedades emergentes

  7. Evaluar condiciones anómalas o teratológicas

  8. Evaluar tratamientos terapéuticos (patología)

  9. Identificar procesos mutacionales (genética)

  10. Evaluar indirectamente condiciones ambientales (bioindicadores, biomonitores)

  11. Establecer relaciones interespecíficas (simbiosis, parasitismo, etc.)

  12. Establecer grados de desarrollo embrionario.

  13. Contribuir al conocimiento de las pesquerías

  14. Comprender procesos de especiación (evolución)

  15. Esclarecer relaciones estructurales-fisiológicas

  16. Bioensayos (bioacumulación, biomagnificación, biotransformación)


Estas áreas de investigación son de gran utilidad para la evaluación y comprensión de nuestra biodiversidad. En un planeta con acelerado crecimiento demográfico, aumento de la demanda de los recursos, calentamiento global, aumento de la contaminación, es necesario disponer de la mayor cantidad de herramientas posibles para la comprensión de la biodiversidad y los procesos que a ella gobiernan. Está demás decir, que estas áreas son complementarias de las otras ya mencionadas. Tenemos la infraestructura, tenemos el talento. Nos hace falta conversar y buscar la solución.


Taxonomía y Sistemática: estas dos áreas tratan sobre las herramientas para identificación (nomenclatura) y clasificación (filogenia), respectivamente. Evidentemente, el tema central de estas áreas es el concepto de especie. Concepto del cual parten los demás sistemas de organización jerárquica. El uso adecuado y comprensión de estas herramientas es fundamental en todo estudio biológico y ecológico. No se puede trabajar con una unidad biológica a la cual somos incapaces de definir. Quizá se puede hacer taxonomía sin ecología, pero difícilmente se puede hacer ecología sin taxonomía. La ecología demanda conocer la identidad de individuos de una población para establecer comparaciones.


Durante las áreas desatendidas anteriores se ha hecho énfasis en la importancia de trabajarlas en pro de la conservación de la biodiversidad. En este sentido, es fundamental poder discernir los criterios a aplicar concernientes a la identidad taxonómica y relaciones filogenéticas de los individuos. Para la toma de decisiones, en materia de conservación, es clave tener claro el concepto de especie y los métodos para llegar a evaluar tal concepto. Normalmente, el naturalista local, es decir un taxónomo, es el primero en identificar patrones morfológicos o de hábitat particulares en alguna “especie” determinada. Sobre la base de estas observaciones se puede disponer proponer una nueva especie o un taxón. Contrariamente, también se puede recomendar el rechazo de otros establecidos como nuevos por ser sinónimos de otros ya descritos.


Adicionalmente, sobre la base de estos conceptos se puede elaborar sistemas de medición y recomendación para estrategias de conservación. Esto es, para la designación de taxa prioritarios amenazados y la necesidad de invertir recursos en los mismos. Dos conceptos importantes en este sentido son “Grado de Endemismo” y “Unicidad Taxonómica”, a los cuales se relacionan los conceptos de Biogeografía, Zoogeografía y Filogeografía. Un buen ejemplo de lo último citado es tratado en el trabajo de Rodríguez et al (2004) “Setting priorities for the conservation of Venezuela’s threatened birds”. Orix: 38: 4.


Interesantemente, a nivel de revistas arbitradas se evidencia una elevada atención hacia aspectos taxonómicos y sistemáticos. No obstante, parece haber la creencia interna entre algunos ecólogos que los taxónomos no son necesarios. En este punto y considerando, que en las últimas décadas se ha reconocido el fenómeno de taxa complejos, me pregunto como es que se hace ecología sin entender el problema tan fundamental del concepto de especie. Por ejemplo, en este punto es de ser críticos y preguntarse cuantos trabajos con zooplancton, por ejemplo con copépodos, están siendo cuidadosos ya que reflejan una alta cantidad de especies identificadas (más de 50). Cito copépodos puesto que este es un grupo en constante revisión y que hasta cierto punto permanece inestable en materia taxonómica. Además, es conocido por muchos el problema del acceso a la información bibliográfica, sobre todo para los países en vías de desarrollo. Sin desmeritar la capacidad de mis compañeros estudiantes y otros profesionales, me pregunto hasta que punto conocemos el problema de la diversidad morfológica de los complejos de especies, y los conceptos, dilemas e interrogantes que de ello se deriva


Solamente la terminología morfológica de los copépodos es compleja, y la comprensión de ella requiere de estudio minucioso de los organismos. Para ello, es menester desarmarlos, dibujarlos en muchos casos, medirlos (y promediarlos), comparar sus apéndices, contar setas, fórmulas setarias y de espinas. Todo ello requiere de mucha paciencia, experiencia y pericia. El trabajo no es nada fácil. Solamente imaginar un trabajo de un año de muestreo y la identificación de las muestras es para pensarlo. A parte de todo esto, está la larga lista de sinonimias que predomina en casi todos los grupos zoológicos. Nuevamente, hay que mencionar la imposibilidad de acceder a la bibliografía y por ende de acceder a las descripciones originales. Cómo es que se compara entonces sin un concepto de los preceptos taxonómicos.


A estos problemas de bibliografía se suma la nueva tendencia” de desmeritar los trabajos con referencias antiguas y la “moda” de deshacerse de bibliografía “vieja”. Esto también es producto de una clara falta de criterio sobre la taxonomía como área de registro histórico. Nuestros errores, en este sentido, son un reflejo inequívoco de la ignorancia plena en cuanto a la importancia de la taxonomía. Para reflexionar. Mientras el resto del mundo hace un esfuerzo por rescatar nuestro acervo científico-taxonómico-histórico, nosotros por el contrario lo relegamos y no lo ponderamos debidamente. Para sólo darles una muestra de la importancia de la taxonomía, voy a citarles sólo algunos sitios virtuales: Internet Archive (http://www.internetarchive.org) y Biodiversity Heritage Library (http://biodiversitylibrary.org). Se puede buscar también “World of Copepoda”, APHIA, ITIS, Decapada AtoL, Sea Slug Forum (moluscos) y Tree of Life Web Project (Tolweb) en Internet. Todos ellos dirigidos por científicos y grupos de largo recorrido y respetada trayectoria. Claro y un ejemplo clásico de referencia, la FishBase. Espero que la idea quede planteada. Como cota adicional, los invito a suscribirse a la Crust-L y ALCA, ambas listas de correo y foro de discusión en el área de la taxonomía y otros aspectos relacionados con crustáceos. Creo que eso daría una mejor idea del gran esfuerzo internacional por no dejar que la taxonomía muera, debido a las modas imperantes en algunas áreas de la biología.


Por otro lado la taxonomía se rige por una terminología, código y reglas establecidas internacionalmente. En este sentido, es vital darles a los estudiantes las herramientas necesarias para lidiar con estos conocimientos. Quiera aceptarse o no, la taxonomía es el punto de partida, para organizar y desarrollar el estudio que se desee establecer. La necesidad más urgente e inmediata para el conocimiento de la biodiversidad es la realización de inventarios. Eso está contemplado internacionalmente. Los estudios de impacto ambiental se realizan con inventarios. Los criterios para toma de decisiones se realizan con inventarios en mano, o se contempla levantarlos. En fin, el estudio de la biodiversidad se realiza con taxonomía. La riqueza específica es eso, cantidad de especies. Para ello se requiere taxonomía. Taxonomía al principio, taxonomía al final. Un destino insoslayable. La taxonomía ha avanzado mucho, no podemos seguir trabajando con catálogos solamente de “se parece, no se parece”. Una vez que hayamos comprendido esto, no dudo que la ECAM-UDONE tenga los mejores tratados taxonómicos marinos de Venezuela. Quisiera ver a la gente haciendo ecología de peces sin trabajos como los de Fernando Cervigón o sin los de Benigno Román. Incluso, haciendo ecología sin los catálogos de copépodos.


Pudiera hacer una lista de referencias bibliográficas, pero la cantidad es enorme y por cuestiones de tiempo sólo dejo esta reflexión. De todos modos para los interesados, pueden visitar la página del Smithsonian Tropical Research Institue (STRI) en Internet y accesar a la sección de investigadores y descargar sus trabajos. Pero una manera más fácil es buscar en Internet “complejo de especies” o “species complex”, “Filogenia”, “Phylogeny” “Sistemática”, “Systematic” “Taxonomía”, “Taxonomy” o “Relaciones filogenéticas” o simplemente “Importancia de la Taxonomía”.


Para finalizar, el concepto de especie debe ser abordado desde varios puntos de investigación, pero es menester de los taxónomos sacar de dudas o dar punto de partida a los ecólogos, biogeógrafos, fisiólogos, genetistas, patólogos, acuicultores, etc. Cada grupo biológico guarda sus particularidades y a cada grupo hay que adaptar conceptos. En tal sentido, creo que a los taxónomos hay que darle su reconocimiento, espacio y apoyarlos a desarrollar una mejor ciencia, una mejor taxonomía. Como ejemplo, creo que el no poder identificar especies es la razón por la cual no hay estudios ecológicos de muchos de los grupos bentónicos del PN Laguna de la Restinga. Para reflexionar. Parafraseando a un profesor “los animales no van a la universidad” y por lo tanto somos quienes tenemos que comprenderlos.


Respecto a la Sistemática, existen diversas metodologías y el estado actual de su aplicabilidad está en constante discusión. Por tal motivo quizá, grupos taxonómicos superiores se encentran sistemáticamente instables. Básicamente, los mismos criterios que aplican para especie deben ser considerados para los grupos superiores. El punto en resumen, es tratar de tener una organización lo más natural posible, que refleje la realidad biológica. Es un tema muy amplio del cual me gustaría debatir, pero actualmente me encuentro en proceso de su digestión. Espero que una nueva materia les evite este calvario a los nuevos estudiantes. Eso sería un cambio radical y sustancial. Sentaría al menos una base teórica para la futura internalización del concepto de Evolución y por ende de una mejor comprensión de la biodiversidad.


1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con esto, tiene logica fundamento y sentido y donde estan los estudiantes de ahora los futuros egresados? donde estan no dicen nada no colaboran? estas soolo en tu lucha quijotesca? se pasan es cierto totalmente hayq discutir y hay q reformar ese pensum para mejor y tu tienes la base pa comenzar la discusión

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